Entre los vikingos, se creía que el ámbar eran las lágrimas de Freyja, su diosa del amor y la belleza. Llevaba un collar llamado Brisingamen, hecho por cuatro artesanos enanos de oro y ámbar. Para los antiguos griegos, el ámbar eran las lágrimas de las hijas de Apolo, el dios sol.
Esta gema es tan popular y valorada en los países del norte que el rey prusiano Federico Guillermo I regaló una habitación entera al zar ruso Pedro el Grande. A lo largo de los años, la decoración se amplió, cubriendo eventualmente 590 pies cuadrados de espacio y utilizando más de 13,000 libras de ámbar. Este fue el famoso “Salón de Ámbar” que desapareció en manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y nunca fue recuperado. La sala se recreó durante dos décadas (1979 a 2003) cuando se instalaron los mosaicos finales en San Petersburgo.
Propiedades metafísicas del ámbar
Se cree que el ámbar ayuda a absorber la energía negativa y a liberar energía brillante y calmante, lo que ayuda a calmar los nervios y anima la disposición como un día mental soleado. Los diferentes colores de ámbar se utilizan a menudo en los chakras con los colores correspondientes para facilitar la apertura y limpieza. El ámbar amarillo ha sido utilizado tradicionalmente por curanderos naturales para mejorar la memoria, aumentar la flexibilidad mental y crear una toma de decisiones equilibrada.
El ámbar también se ha utilizado, históricamente, como talismán para el coraje y la confianza en uno mismo, y se pensaba que traía buena suerte a los guerreros en la batalla. En algunas culturas, el ámbar simboliza la renovación de los votos matrimoniales y se usa para asegurar promesas. Lo usan los ancianos como símbolo de su resistencia y sabiduría.
Propiedades geológicas del ámbar
El ámbar es savia de árbol fosilizada (resina) de 50 millones de años de antigüedad procedente de bosques de pinos prehistóricos. Se cree que los pinos liberaron la savia como defensa contra la infestación de hongos e insectos. Las moléculas en la savia se entrecruzaron, eventualmente formando el “plástico” natural que conocemos hoy como ámbar.
Una de las propiedades fascinantes del ámbar es su electroestatismo: ¡el antiguo autor y científico romano Plinio el Viejo estaba escribiendo sobre la capacidad del ámbar para transportar electricidad estática allá por el año 79 d.C.! A veces, el ámbar crudo contiene insectos, hojas, ramitas, flores, pelo de mamífero y otra materia orgánica. Las piezas que contienen este material generalmente se consideran más valiosas que las que no lo tienen, especialmente cuando se conserva un organismo completo. Solo el 15% del ámbar extraído hoy es apto para joyería. El resto generalmente se usa para hacer “amberoid”, una forma de ámbar prensado de aspecto natural. Este material se suelda a 284 – 482 grados Fahrenheit y 3000 atmósferas de presión en una sustancia que se puede confundir fácilmente con el ámbar natural.
Para determinar si el ámbar es natural o se ha combinado con estabilizadores de resina, coloque la gema en un vaso de agua tibia con sal. El ámbar natural flotará, mientras que el ámbar sintetizado se hundirá. Otra técnica para distinguir entre el ámbar natural y el sintetizado es calentar la punta de una aguja de coser hasta que esté al rojo vivo. Luego, inserta la aguja en el ámbar (preferiblemente en la parte posterior de la gema). Si se emite un olor a pino, es probable que el ámbar sea totalmente natural.
Los depósitos más grandes de ámbar natural se encuentran a lo largo de las costas de Polonia, Alemania y Rusia. Los antiguos ríos transportaban los depósitos de resina río abajo desde las regiones boscosas hasta los fondos marinos, donde quedaban enterrados bajo cientos de pies de arena. Otras fuentes de ámbar se encuentran en Sicilia, Rumania, México, República Dominicana y a lo largo de la costa este de los Estados Unidos.
Cuidado adecuado del ámbar
El ámbar es una gema muy sensible y debe cuidarse con delicadeza. Se raya fácilmente (¡cuidado con las uñas!) y se ve afectado por productos químicos, abrasivos, ácidos, soluciones cáusticas, alcohol y perfumes. ¡También es inflamable y puede encenderse con una llama directa! Los vaporizadores, el agua caliente y los limpiadores ultrasónicos pueden dañar esta gema. Para limpiar el ámbar, use un jabón suave, agua del grifo a temperatura ambiente y un paño muy suave.
Diseñando con ámbar
El ámbar ardiente y luminiscente resplandece con posibilidades de diseño. Ya sea en forma de gotas, trozos, astillas, óvalos o círculos, el ámbar se puede combinar con oro o plata y con casi cualquier otra piedra preciosa. Para un efecto cálido, combine ámbar con oro y otras piedras de color rojo anaranjado como la cornalina, el jaspe rojo o la aventurina roja. Para lograr un atractivo llamativo, alterne gotas de ámbar con ónix negro y cuentas de plata esterlina. El ámbar es una gema suave y algo ligera. Funciona bien cuando se ensarta en hilo de seda con perlas cultivadas y otros materiales más suaves, especialmente cuando se anuda entre cuentas.